LECTIO DIVINA
La expresión “Lectio Divina” quiere decir "lectura de Dios", e indica la práctica monástica, ya secular, de la "lectura orante" de la Biblia. No es más que la vivencia de la palabra de Dios a través de un seguimiento de la lectura tanto de vista como verbal y con otros de los sentidos para así disfrutar al máximo lo que Dios te quiere decir en ese momento.
La Lectio Divina más que un método de lectura de la Biblia es una EXPERIENCIA DE ENCUENTRO CON EL SEÑOR, pues, la dinámica interna de los pasos que sugiere no se agotan en el texto en sí, sino que lo transciende, haciendo que partiendo del texto escrito en la Biblia se busque el encuentro personal con el Señor. De ahí, que la Lectio Divina es una instancia para una experiencia espiritual, buscando rehacer y retomar la experiencia original del escritor sagrado actualizándola en la propia vida.
En la Lectio Divina se siguen cinco pasos, que son momentos de oración y de búsqueda del Señor, como son: LECTURA. MEDITACIÓN. ORACIÓN. CONTEMPLACIÓN. ACCIÓN. Estos pasos son medios y no fin, de ahí que se los debe seguir como ayudas, pero no ser rígidos en su utilización, esto todo depende de la situación. Como criterio para seguir los pasos, es el ENCUENTRO con el Señor. Siendo así es de considerar que una es la actitud en la oración personal, donde estos pasos se relativizan y se flexibilizan, pues se los utiliza en la medida que ayuden y favorezcan ese encuentro con el Señor. En la oración individual uno debe detenerse en el momento en el que el Señor haya iluminado o inspirado, es ahí donde se debe profundizar y dejarse conducir por el Espíritu; habiendo sentido la presencia o la acción del Señor en uno, ya no es necesario hacer todos los pasos, es simplemente deleitarse de la Palabra o de la inspiración del Señor y quedarse en su presencia siendo transformado por la presencia y la acción del Señor.
Actitudes y disposiciones para la lectura:
1. Hacerla desde la Biblia y con la Biblia. Si no se tiene el texto escrito de la Biblia, será simplemente imposible hacer la Lectio Divina. De ahí que el primer paso es poseer una traducción fiel y actualizada de la Sagrada Escritura que posibilite conocer fielmente el texto original y no quedarse en interpretaciones y menos en adaptaciones, que muchas veces son manipulaciones del texto.
2. Tener el corazón abierto y disponible para escuchar al Señor. La lectura es una experiencia de encuentro con el Señor que nos habla por medio de su Palabra escrita, que nosotros lo debemos escuchar con atención, pues es nuestro Dios el que nos está hablando.
3. Formas de proclamar la Palabra
1. Anuncio y proclamación de la Palabra. Una persona lee (proclama, transmite) la palabra, los demás del grupo siguen la lectura desde su Biblia, escuchando con fe la lectura. Esta es la manera tradicional como se lee la Biblia en las celebraciones litúrgicas.
2. Lectores intercalados. Se le pide a dos personas que proclamen el texto de la Escritura de forma alternada y sucesiva.
3. Por versículos. Es una manera que favorece la participación de todos los integrantes del grupo, promoviendo una lectura atenta y dinámica. Es una forma de implicar y comprometer a los participantes, para que nadie esté de manera pasiva como un espectador en la reunión.
4. Por personajes. Es la mejor manera de leer, si bien la más difícil, pues requiere el doble de atención y concentración. Para realizarla, se distribuye el texto haciendo que una persona haga de Lector, otra asuma el papel de Jesús, una tercera o una cuarta el de los otros personajes. Es una lectura dinámica, que favorece la atención, donde se puede ver mejor el sentido de la lectura, pues se identifica quién dice lo que dice y se caracteriza lo que dice, facilitando así la comprensión del mismo.
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